Aunque el proceso creativo siempre es muy similar, en este caso, la pintura nace del vientre de la poesía. De esta inquietud interpretativa, de esa lectura, nace este proyecto. Experiencia estética convertida en color y forma. Y es que, como dice J. A. Valente, poesía y pintura, pintura y poesía, estan condenados a encontrarse porque entre ellos existe un viejo e indispensable diálogo. Aquí se ha cuajado el placer de pintar las palabras. (Orce. 2012)