POEMA Nº 9 El silencio se puebla de plegarias encadenadas que resbalan sobre el brillo de las aguas y los fantasmas se empeñan en reponer el referente, ahora perdido, de sus montes africanos. El mar se muestra infinito. Unos cuerpos inflados aparecen flotando como globos, sin apenas romper la quietud; son boyas que indican hoy la tragedia, trozos de horror a la deriva que el mar vomitará en alguna playa; manchas de verdad contaminada que amenazan nuestro medio natural, son restos de una canción de viaje, que apenas llegaron a tararear. (J. Moreno-2007)